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Arquitectos: Studio Olafur Eliasson
- Año: 2015
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Fotografías:Anders Sune Berg
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Cirkelbroen celebra a los peatones. Refleja la vida cotidiana y la intimidad que se da alrededor del canal en el barrio de Christianshavn, sus casas flotantes y veleros, la vida única dentro de las murallas. El Puerto de Copenhague fue una vez un centro de la actividad marítima y el Cirkelbroen es un testimonio de esa historia. Mientras trabajaba en el puente, me acordé de los barcos de pesca que vi cuando era niño en Islandia. En el puerto, los barcos eran amarrados a menudo uno al lado del otro, y a veces parecía que incluso se podría cruzar el puerto con sólo caminar sobre los ellos.
El puente está hecho de cinco plataformas circulares, y contribuye a un círculo más grande que formará una ruta peatonal alrededor puerto de Copenhague, donde la gente - en bicicleta, corriendo o caminando - puede ver la ciudad desde una perspectiva muy diferente. Unas 5.000 personas cruzarán este puente cada día. Espero que estas personas utilicen el Cirkelbroen como lugar de reunión, y que el diseño de zigzag del puente los hará reducir su velocidad y tomar un descanso. Apurar nuestro camino es participar del pensamiento corporal. Veo la introspección como una parte esencial de una ciudad vibrante.
En Copenhague, se han logrado avances en el pensamiento sobre lo que constituye la calidad en el espacio urbano y la atmósfera de un espacio. Obviamente, no se puede planificar la atmósfera, ya que es co-producida por las personas que utilizan el espacio, pero es posible cultivar una atmósfera, para que pueda crecer. Como artista, trabajo con cualidades abstractas y emocionales, así que aquí es donde, en mi opinión, el arte puede jugar un papel importante. Estoy convencido de que los políticos, los planificadores urbanos y los desarrolladores necesitan ampliar su caja de herramientas incluyendo a los que yo llamaría productores creativos de realidad - artistas, científicos sociales, sociólogos, antropólogos, historiadores, bailarines, poetas, activistas ambientales y filósofos - para repensar los espacios urbanos.
En Dinamarca, hay una fuerte tradición de centrarse en la inclusión, en la aceptación del otro - dando la bienvenida a ideas que aún no hemos tenido, a gente que todavía no hemos conocido, y a encuentros imprevisibles. Es algo en lo que todos tenemos que trabajar juntos, y una manera de hacer frente a esto es en cómo planeamos el espacio público. El Cirkelbroen, espero, contribuirá a mejorar la calidad de vida y al desarrollo de una ciudad hospitalaria e integradora.